martes, 6 de septiembre de 2011

Como Pez en agüita dulce

Hola!
Sigo con las cartas. Es leer y leer, prepararse un café y buscar algún chocolate escondido en la alacena.
En medio de esto, para Filosofía del Derecho, tengo que repasar a Kant y su exposición metafísica del espacio y la estética Trascendental, un castigo Kármico que tengo que superar.
Pero volviendo a las cartas, que placer es meterse en el mundo tan personal de una carta!!
No es lo mismo leer los ensayos de W. Benjamin que las cartas que le escribió a Gretel Adorno, en cambió con Kafka me resulta coincidente su espíritu torturado en los cuentos y en las cartas que le escribía a Milena Jesenská.
Me gustan mucho las cartas, pero mucho mucho, es una pena que ya no vuelen como antes, no estoy en contra de la tecnología - para nada - pero la descripción de Kafka cuando llega un telegrama de Milena o la angustia por la falta de sus palabras, el retener la pasión hasta que llegan para después saborearlas una y otra y otra vez...
¿Habrá escrito cartas Kant? Sí. Seguro, pero digo, ¿A quién le habrá explicado apasionadamente, por carta, sus ideas sobre lo analítico? Después de todo, alguien se puede enamorar de lo analítico... ¿O no? de hecho, varios se enamoran en un único espacio.
Bueno, yo prefiero a  Kafka, pero me voy con Kant... primero el deber y después el placer - Puaj, que feo eso - No, yo no tengo ese problema.  

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